jueves, diciembre 29, 2005

!Mahi-Mahi abordo!


Eran las 1700 hrs cuando Wilfred Flores y Yo nos hicìmos a la mar,(rianvanu no llegò al zarpe), nuestro plan de navegación consistìa en poner rumbo al Oeste y navegar hasta un punto que habiamos marcado en la carta y que nos permitirìa ingresar en una cuña de agua caliente, azul y transparente en la cual intentarìamos atrapar un gran “Bull”, que es como se les denomina a los grandes machos de Palometa o Mahi-Mahi.
La pesca, era algo esperado pero aún no logrado y motivo de muchas bromas para ambos, habiamos incursionado un par de veces a comienzo del mes, regresando con unas muy buenas tomas de Delfines y Ballenas, pero sin pesca, por lo que nuestras respectivas esposas e hijos se encargaban de recordarnoslo cada vez que nos juntábamos.
La travesìa fue muy movida, el fuerte viento del Sur que reina a partir del mediodia nos zarandeo hasta casi el mismo destino, al cual arribamos cerca de las 21.00 hrs.
El ecosonda nos indicaba que estàbamos en las aguas preferidas de los Mahi- Mahi, por lo que preparamos las cañas y comenzamos a “trolear”. En eso estuvimos hasta las 22.00 hrs y no tuvimos ninguna picada por lo que levantamos los aparejos y nos pusimos a preparar el equipo de pesca nocturna.
Atraìdos por las luces de la embarcación fueron acercandose uno a uno los peces voladores hasta conformar a medianoche un hermoso cardumen que daba vueltas en torno de nuestra embarcación que estaba al garete en medio del mar.
Una hora màs tarde ya estàbamos atrapando nuestra primera Jibia que fácilmente pesaba sus ocho kilos, estos calamares gigantes tienen mucha fuerza y al momento de sacarlos a la superficie sueltan un potente chorro de agua y tinta con toda intencion de dar en el rostro del que la atrapò. Felizmente tenìamos puesto la ropa de agua.Cansados y con sueño nos metimos en los sacos de dormir y con el vaivèn de las olas y las estrellas en el cielo nos sumimos en un reparador descanso, el reloj indicaba las 3 de la madrugada y segùn nuestro GPS nos encontràbamos casi en le lìmite maritimo entre Chile y Perù. Muy distantes vemos los hongos luminosos de Arica y Tacna.A las 7.00 hrs desayunamos y volvimos a las cañas, pronto tuvimos las primeras escaramusas con las palometas, pero no se enganchaban hasta que cerca de las 09.00 am la caña de Wilfred comenzò a zumbar vertiginosamente, la velocidad con la que perdiamos linea del carrete nos indicaba claramente que lo que teniamos era un gran pez, y especulàbamos que podìa ser un gran tiburón.
Màs de una hora estuvo peleando con su pez, le recogia, le daba linea, a veces el pez se clavaba a las profundidades otras corria de un lado a otro y mi amigo sudoroso y cansado le seguìa la lucha estòicamente.
¡Ya le hemos visto! ha dado un tremendo salto sobre el mar y sabemos que es un “bull”, los colores dorados se entremezclan con los plateados y verdes azulados es un hermoso ejemplar que ya siente la lucha y poco a poco Wilfred puede recoger linea y lo va acercando hasta que queda al costado, nada facil es subirlo ya que coletea con fuerza, por fin entre los dos le subimos abordo. En esta maniobra me ha dado un coletazo que me ha quitado el aire.¡Hurra lo logramos!, después de recuperarnos un poco celebramos con una refrescante cerveza.
Estamos a tres dìas del fin de año y las dos familias se han reunido a cenar a bordo del Restaurant Mata-Rangi, todos estàn saboreando este sabroso pescado que fue preparado al horno, con mucho cariño por Marlene y Blanca nuestras respectivas esposas, y claro ya no somos el blanco de sus tallas.

1 comentarios:

Iñche Claudio dijo...

excelente pesca, se ve que es un hermoso pez y debe haber dado dura batalla..las jibias igual son luchadoras..ambas especies increibles
Saludos cordiales