El Día sin Tiempo

Junto con la luna llena celebramos la llegada de un nuevo año
Desde mi casa puedo observar la Luna que se alza sobre nuestras cabezas
El reflejo de sus rayos iluminan las aguas del mar, que se agitan producto de la influencia de ella. Las mareas estàn vivas y traen ondas de purificación y buenaventura.
Puedo escucharlas perfectamente como avanzan y recogen en una constante danza.
Las culturas originarias de America celebraban el tèrmino de un ciclo y la llegada de uno nuevo, justo cuando se producìa el Solsticio, que en latìn quiere decir “Sol Quieto”
Que lògico y natural .
Para nuestros ancestros no cabìa la menor duda que somos seres galàcticos, en la cual nuestra vida esta intimamente ligada a la Pacha Mama, La Luna y El Sol.
Junto con esa visiòn de la vida no menos importante es el concepto del tiempo con el cual se regìan, por lo que una vez completado el año, se destina el primer dìa del nuevo ciclo a la reflexiòn, al necesario alto en las actividades y observar nuestro interior, nuestros alrededor y a partir de ahì sintonizarnos armònicamente con el mundo y el Universo.
Es el Dìa sin Tiempo, sin horas ni citas, es el momento de reconocernos como parte del Planeta y por ende del Universo acompañando sus movimientos naturales.